Home » Classification » NA » Un viaje al pasado y la historia se repite

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Alguna vez te ha pasado que un olor o un sonido traen una memoria a tu cabeza. Ese es el caso de esta historia estaba llevando a mi hija de cinco años a su primer día de clases. Cuando entre al aula la profesora nos recibió con un amistoso saludo y nos dirigió a lo que sería la estación de mi pequeña. Al lado estaba sentado un niño jugando con arcilla o plastilina y el olor me llevo de inmediato en un viaje al recuerdo.

Era mi primer día de clases y mi madre me había puesto mi uniforme nuevo y cepilló mi cabello perfectamente liso, el mismo llegaba un poco por debajo de mi cintura y era el orgullo de mis padres. Toda la gente que me veía comentaba en lo hermoso y saludable que era. Mi madre puso un listón alrededor de mi cabeza y dejo mi cabello suelto y así salimos hacia la escuela. Ese día en la escuela tuve un día espectacular, jugando y conversando con los demás niños, cuando salimos al patio uno de mis compañeritos y yo estuvimos jugando con plastilina, cuando de pronto otro niño se nos acercó y trato de arrebatarnos los pedazos que ya habíamos moldeado yo me enojé y entre en un forceo con el susodicho cuando se percató que sus esfuerzos eran inútiles se sacó la goma de mascar de su boca y me la embarró en una gran porción de la cabeza. Yo me puse muy nerviosa, pero en eso tocó la campana y regresamos al aula. Yo me quedé callada y no le dije a la profesora. Llegó la hora de ir a la casa y cuando el autobús me dejó en mi casa mi madre estaba esperando en el porche. Yo me alegré de verla pues estaba segura de que ella resolvería el problema. Ella al ver lo sucedido se preocupó muchísimo.

Me llevó a la habitación me cambió de ropa y luego me dirigió a la cocina, me sentó en un banquillo mientras estudiaba mi cabeza. Yo pensaba que estaba evaluando que usaría para despegar la goma de mascar de mi cabello, me quito el listón y empezó a tocarme el pelo suavemente, la goma estaba pegada a la altura de los hombros. De repente trajo varias cosas que no lograba divisar por estar de espaldas. Cepilló con cuidado mi pelo y lo recogió en una cola de caballo a lo alto de mi cabeza. Yo me puse ansiosa pues eso me había pasado anteriormente y ella nunca había hecho eso para quitar la goma de mascar. Yo pensé talvez así es más fácil entonces llamó a mi padre a la cocina. El se acercó, ella le explicó lo sucedido y le dijo algo al oído que no pude entender, mi padre se encogió de hombros y comento “Así aprenderá”. Y salió de la cocina de pronto mi madre sujetó fuerte la cola y me dijo “no te muevas hasta que yo te diga” “esta será la última vez que esto sucede de ahora en adelante ya nunca tendrás que preocuparte por gomas de mascar o traer el cabello suelto”. Con este último comentario corrió la liga elástica lo más cerca de mi cuero cabelludo posible, sujeto todo mi cabello verticalmente, y sentí algo penetrar mi cabeza por debajo de la liga. Sentí mucha tensión y de momento “crunch,crunch,crunch” Sentí pelitos rozar mi nuca y mi madre tirar frente a mi en el suelo una cola de caballo como de 22″ de largo. De repente la realidad me azotó y comezé a gritar Mamita porque, porque? No quiero tener el cabello corto. Ella comenzó a reírse a carcajadas y me dijo así aprenderás a jugar con mas cuidado y tendrás el cabello super corto hasta que te comportes como una niña. Entonces escuche un zumbido en mi oreja izquierda ¡Oh no estaba usando la maquinilla de cortar de mi papá! En menos de un segundo la maquinilla estaba escalando hasta el tope de mi cabeza. Empezé a llorar descontroladamente mientras mi cabello llovía por toda la cocina. Lo que más me dolía era que mi medre parecía estar disfrutando la experiencia y mi padre no hizo nada para detenerla. De repente el zumbido se detuvo, pensé que la tortura había terminado y que al menos mi madre dejaría mi cabello del largo que ahora estaba como 3″ a lo máximo cuando de repente cambió el peine y me miró “este largo si que será excelente” y con eso pasó la máquina por el centro de mi cabeza y llovieron al suelo todas las esperanzas de tener algo que cepillar. Así siguió hasta llegar a mi nuca donde el cabello iba desapareciendo, ella froto sus dedos contra mi nuca y sentí una sensación que me hizo estremecer de pies a cabeza y llorar aún mas por la ausencia de mi cabello. Mi madre con una sonrisa terminó me dio un baño y me puso a dormir. Todo parecía una pesadilla. De ese día en adelante, cada dos semanas mi padre me llevaba al barbero del pueblo para retocar mi corte y mi madre lo más largo que me permitió llevar mi cabello fue en la High School que tenía un Short Bob.

Hoy observé a mi hija bajar del autobús y llegar a la casa. La recibí con un abrazo y la senté en el banco en la cocina cepillé su cabello que toca el suelo y sin más aviso que un beso en la frente introduje mis tijeras profundo en su cuello mientras ella lloraba todo su cabello iba amontonándose en el suelo y las tijeras iban acariciando su pequeño cuello que nunca ha sido descubierto. La llevé a la barbería del pueblo donde termino con un corte a lo Winona Ryder . Algunas historias se repiten.

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